jueves, 18 de febrero de 2010

Megamineria Menemismo-Kirchnerismo

por Fernando "Pino" Solanas

Los hombres públicos y los referentes políticos estamos obligados a la búsqueda de diálogo y consenso que no pueden ser reemplazados con descalificaciones o falsedades. La única verdad es la realidad  reiteraba Juan Perón. Cuando se quieren ocultar graves hechos contra los intereses del país o los trabajadores,  se adulteran datos o informes de impacto ambiental, se rompe la comunicación y las fronteras entre lo lícito y lo delictivo comienzan a borrarse. Las denuncias sobre la megaminería y la Barrick Gold expuestas en mi película ORO IMPURO, desató la ira del gobernador de San Juan, José Luis Rioja, que quizo entorpecer sus estrenos y me retó a un debate televisivo al que faltó dos veces. Envió a su hermano -el senador César Gioja- que negó con desenfado mis denuncias sobre la devastación ambiental y el saqueo que produce la megaminería y que ya fuern hechas por decenas de ciudadanos afectados y el Fiscal Federal de Tucumán y Catamarca, Dr Gustavo Gómez. La campaña lanzada contra mi quería demostrar que estoy en contra de la minería y que siendo diputado había votado las leyes mineras que ellos impulsaron, aunque fui un consecuente opositor por defender los bienes comunes y naturales de los argentinos. Las normas principales se votaron antes de que ingresara a la Cámara el 10/12/93, como la Ley de Inversiones Mineras (24.196/93) que fijó el marco de las otras. La única que recibió mi apoyo fue la ley de Protección Ambiental Minera (24.585/95) en la Comisión de Recursos Naturales, pero como anteproyecto y desconociendo lo que ocultaba. Nadie imaginaba entonces los estragos que produciría la megaminería porque no había comenzado a operar en el país. Me opuse luego y no la voté en el recinto cuando fue convertida en ley.

Vale la pena recordar que al comienzo de los 90, los hermanos Gioja eran militantes del proyecto Menem y operaban para facilitar el desembarco de la Barrick Gold en la Argentina. En esos tiempos yo denunciaba públicamente al presidente como jefe de una banda de delincuentes que estaba rematando el patrimonio e Y.P.F. y me perseguieron con juicios y amenazas y fui agredido con seis tiros en las piernas. Se vivía la derrota, el festín de las privatizaciones: “el país está de rodillas” – justificaba el ministro Dromi-, “robo para la Corona”, advertía J. L. Manzano- mientras se decía en el Congreso que por los despachos se distribuían millones de dólares. El proyecto minero era financiado por el Banco Mundial como en otros 70 países con reservas metalíferas. Al entonces diputado José Luis Gioja -que votaba todas las leyes privatizadoras del modelo- se lo instaló en la Presidencia de la Comisión de Minería –en Diputados- para impulsar el paquete de leyes que proponían las corporaciones. César Gioja fue la cabeza visible de “Santa Gema Bentonita”, la empresa familiar que crearon para abastecer a la Barrick.

Lo importante hoy no es hablar del pasado sino de la continuidad del modelo devastador iniciado por Menem junto a Angel Mazas –ex Secretario de Minería- y José Luis Gioja, y que fue apoyado desde Santa Cruz y hasta hoy por Néstor y Cristina Kirchner y Julio De Vido. En la Reforma Constitucional del 94, los Kirchner canjearon la reelección de Menem por la provincialización del subsuelo. Nada más antinacional porque significaba la segmentación del país y la entrega de los recursos a las corporaciones; una medida semejante a la exigida a Evo Morales por los gobernadores secesionistas. El proyecto presidencial de los Kirchner fue ganando el beneplácito de las petroleras y mineras y la amistad de J.L.Gioja y Peter Munk, jefe de la Barrick. Quizás sea por eso, que desde el 2003 a hoy: el Secretario de Minería es el sanjuanino Jorge Mayoral, socio de Barrick.

El paquete de leyes mineras otorga a las corporaciones ventajas exclusivas que no gozan otras ramas del empresariado: están exentas de casi todos los impuestos y la ley 25.161/99 impulsada por J.L.Gioja redujo las magras regalías del 3% que recibían las provincias al 1,5%, al permitir a las mineras deducir los costos operativos: molienda, refinación, transporte y seguro hasta puerto de destino. Sin control público y a simple declaración jurada, las corporaciones exportan sumas millonarias pagando solo por oro, plata y cobre y llevándose gratis 60 metales, como molivdeno, uranio, cadmio, renio. La Alumbrera produce al año 700.000 onzas de oro y 190.000 tn. de cobre que a valores de hoy, son más de u$s 2.000 millones; el complejo Veladero-Pascua Lama, de Barrick en San Juan, rendirá el doble. Recordemos que la minería es el único sector productivo que exporta sin obligación de ingresar al país ni un dólar de sus ventas (decreto Nº 417/ 03, de N.Kirchner, A. Fernández y R. Lavagna) y sus exportaciones reciben reintegros que van del 2,5%, al 12% (resolución SMN. Nº130/ 93). El método es más eficaz que el colonialismo de Potosí: les pagamos para que se lleven todo.

Lo que no pueden contestar los Kirchner y los Gioja es ¿por qué con tanta riqueza las provincias mineras y petroleras siguen en la pobreza?¿Por qué tienen déficits fiscales que las obligan a endeudarse?. La respuesta es el fracaso de su devastador modelo productivo: se van para siempre millonarios recursos estratégicos no renovables, dejándonos miseria y un daño ambiental que costará inmensas inversiones combatirlo. ¿Deberíamos seguir con la megaminería si las rentas volvieran al país?. De ninguna manera: no se trata de una cuestión económica sino de algo más grave: la defensa de la naturaleza y la vida. Los ambientalistas lo resumen en una simple frase: el agua vale mas que el oro. No hay valor mayor que defender las fuentes de vida: el agua y el aire.

A diez años del gobierno Menem, muchas de sus leyes y tratados siguen vigentes, como el Acuerdo Minero Argentino Chileno (29/12/97) que cede a las corporaciones un tercer territorio a lo largo de la cordillera de los Andes con soberanía, aduana y aeropuertos propios. Allí están las mayores reservas de agua potable del continente, los glaciares, amenazados por la megaminería. El veto de la Presidenta a la Ley de Protección de los Glaciares, impulsado por la Barrick y los hermanos Rioja, y la puesta en marcha del complejo Pascua-Lama, es un ejemplo de la irresponsable sumisión del gobierno al dictamen de las transnacionales. La histórica movilización de las poblaciones y asambleas de siete provincias logró que sus legislaturas prohibieran la minería a cielo abierto con cianuro y sustancias tóxicas y comenzó a fundar en el país una conciencia ambientalista. El dominio impune de Barrick, Alumbrera, y las complicidades de los Gioja, Beder Herrera y Brizuela del Morral, inició su cuenta regresiva. Tengamos grandeza y aunemos esfuerzos para superar el modelo de contaminación, despojo y engaño que nos dejaron los Menem y los Kirchner. El país necesita un debate franco y responsable que priorice el interés de la Nación y el bienestar del pueblo al de las transnacionales y los bancos. Unámonos los legisladores y honremos al Bicentenario con actos sinceros de reparación histórica: prohibamos la minería a cielo abierto  con sustancias tóxicas; modifiquemos las leyes mineras y exijamos la denuncia del Tratado Minero Argentino-Chileno; avancemos hacia la recuperación de los recursos y bienes comunes de los argentinos. Como diría San Martín: “la patria manda”.

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